MADRID (AFP) — La justicia española asestó un nuevo gran golpe a Batasuna, el brazo político de la banda armada separatista vasca ETA, al detener este jueves por la noche a la mayoría de sus dirigentes que celebraban una "asamblea clandestina" en el País Vasco.
Casi cuatro meses después del encarcelamiento de Arnaldo Otegi, el líder emblemático de este partido independentista, 22 miembros de la dirección fueron detenidos por orden del juez Baltasar Garzón, según fuentes judiciales.
La operación tuvo lugar en Segura, localidad del País Vasco español (norte). Entre los detenidos figuran una parte de los miembros de la mesa nacional de Batasuna --el órgano de dirección del partido que forman 38 personas--, entre ellos Joseba Permach, uno de sus principales portavoces.
También fueron arrestados Juan José Petrikorena, responsable de la comunicación, Rufino Etxeberria y Majibe Fullaondo, una militante que cobró protagonismo últimamente. También hay dos vascos franceses detenidos, según Radio Nacional de España.
El fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, confirmó a esa emisora la operación, justificada porque esas personas "continuaban realizando actividades prohibidas al reunirse".
"Esta actividad no puede ser tolerada y si la policía la descubre, como la ha descubierto en Segura, parece prudente que se le ordene intervenir", añadió.
Batasuna es un partido que tiene prohibida cualquier actividad desde el año 2003 por sus lazos con ETA, cuyas acciones no condena.
El juez Garzón ordenó intervenir con la sospecha de que esa "asamblea clandestina" tenía por objeto el traspaso de poderes entre la antigua dirección del partido y la nueva, precisaron las fuentes judiciales.
Estas fuentes señalaron que los detenidos serán llevados a Madrid para ser interrogados el sábado o el domingo de la Audiencia Nacional --principal instancia penal española--.
Batasuna es perseguida por Garzón en el caso de las 'herrikos tabernas', las sedes populares del partido que presuntamente financiaban a ETA, y por el cual la mayoría de sus dirigentes ya están inculpados.
Los detenidos este jueves están acusados como "reincidentes" y otros por "pertenencia a banda armada", según las fuentes judiciales.
La operación sigue a la detención el martes en San Sebastián de otros dos importantes dirigentes del partido, entre ellos su portavoz Joseba Álvarez.
Es el último de una serie casi continua de golpes a ETA y su entorno desde que la banda anunció su vuelta a las armas hace cuatro meses, enterrando el intento de solución negociada emprendido por el gobierno socialista durante la el alto el fuego del 2006.
El líder de Batasuna durante los últimos años y uno de los principales interlocutores en el fracasado 'proceso de paz', Arnaldo Otegi, ingresó en prisión para cumplir una condena de 15 meses por "apología del terrorismo" el 8 de junio, sólo dos días después de la ruptura del alto el fuego.
No obstante, la tregua acabó de hecho el 30 de diciembre del 2006 cuando ETA hizo explotar una furgoneta bomba en el aparcamiento del aeropuerto de Madrid que causó la muerte a dos ciudadanos ecuatorianos.
Este mismo jueves, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, descartó una vuelta a la negociación y dijo que "las consecuencias más negativas (del fracaso del proceso) van a ser para ETA y para el mundo que la apoya que es cada vez más minoritario".
Batasuna obtuvo alrededor del 10% en las elecciones regionales del 2003, la mitad que tres años antes, cuando ETA había declarado otra tregua.
"La detención de la dirección de una sensibilidad política de este país es una barbaridad judicial y política", lamentó este jueves Aralar, una escisión de Batasuna que sí condena la violencia. La operación "en ningún caso ayuda a acercar la paz, sino todo lo contrario", añadió Aralar.
La asociación de apoyo a los prisioneros vascos Askatasuna calificó la redada de "desprecio por los derechos fundamentales" y llamó a movilizaciones.
ETA es responsable de 819 muertos en 39 años de actividad armada para tratar de obtener la independencia del País Vasco.
Desde junio, ETA ha cometido diversos atentados, el más importante el 24 de agosto en Durango (País Vasco) contra un cuartel de la Guardia Civil. Dos agentes resultaron heridos leves.
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Casi cuatro meses después del encarcelamiento de Arnaldo Otegi, el líder emblemático de este partido independentista, 22 miembros de la dirección fueron detenidos por orden del juez Baltasar Garzón, según fuentes judiciales.
La operación tuvo lugar en Segura, localidad del País Vasco español (norte). Entre los detenidos figuran una parte de los miembros de la mesa nacional de Batasuna --el órgano de dirección del partido que forman 38 personas--, entre ellos Joseba Permach, uno de sus principales portavoces.
También fueron arrestados Juan José Petrikorena, responsable de la comunicación, Rufino Etxeberria y Majibe Fullaondo, una militante que cobró protagonismo últimamente. También hay dos vascos franceses detenidos, según Radio Nacional de España.
El fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, confirmó a esa emisora la operación, justificada porque esas personas "continuaban realizando actividades prohibidas al reunirse".
"Esta actividad no puede ser tolerada y si la policía la descubre, como la ha descubierto en Segura, parece prudente que se le ordene intervenir", añadió.
Batasuna es un partido que tiene prohibida cualquier actividad desde el año 2003 por sus lazos con ETA, cuyas acciones no condena.
El juez Garzón ordenó intervenir con la sospecha de que esa "asamblea clandestina" tenía por objeto el traspaso de poderes entre la antigua dirección del partido y la nueva, precisaron las fuentes judiciales.
Estas fuentes señalaron que los detenidos serán llevados a Madrid para ser interrogados el sábado o el domingo de la Audiencia Nacional --principal instancia penal española--.
Batasuna es perseguida por Garzón en el caso de las 'herrikos tabernas', las sedes populares del partido que presuntamente financiaban a ETA, y por el cual la mayoría de sus dirigentes ya están inculpados.
Los detenidos este jueves están acusados como "reincidentes" y otros por "pertenencia a banda armada", según las fuentes judiciales.
La operación sigue a la detención el martes en San Sebastián de otros dos importantes dirigentes del partido, entre ellos su portavoz Joseba Álvarez.
Es el último de una serie casi continua de golpes a ETA y su entorno desde que la banda anunció su vuelta a las armas hace cuatro meses, enterrando el intento de solución negociada emprendido por el gobierno socialista durante la el alto el fuego del 2006.
El líder de Batasuna durante los últimos años y uno de los principales interlocutores en el fracasado 'proceso de paz', Arnaldo Otegi, ingresó en prisión para cumplir una condena de 15 meses por "apología del terrorismo" el 8 de junio, sólo dos días después de la ruptura del alto el fuego.
No obstante, la tregua acabó de hecho el 30 de diciembre del 2006 cuando ETA hizo explotar una furgoneta bomba en el aparcamiento del aeropuerto de Madrid que causó la muerte a dos ciudadanos ecuatorianos.
Este mismo jueves, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, descartó una vuelta a la negociación y dijo que "las consecuencias más negativas (del fracaso del proceso) van a ser para ETA y para el mundo que la apoya que es cada vez más minoritario".
Batasuna obtuvo alrededor del 10% en las elecciones regionales del 2003, la mitad que tres años antes, cuando ETA había declarado otra tregua.
"La detención de la dirección de una sensibilidad política de este país es una barbaridad judicial y política", lamentó este jueves Aralar, una escisión de Batasuna que sí condena la violencia. La operación "en ningún caso ayuda a acercar la paz, sino todo lo contrario", añadió Aralar.
La asociación de apoyo a los prisioneros vascos Askatasuna calificó la redada de "desprecio por los derechos fundamentales" y llamó a movilizaciones.
ETA es responsable de 819 muertos en 39 años de actividad armada para tratar de obtener la independencia del País Vasco.
Desde junio, ETA ha cometido diversos atentados, el más importante el 24 de agosto en Durango (País Vasco) contra un cuartel de la Guardia Civil. Dos agentes resultaron heridos leves.
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