Washington, 20 ene (EFE).- Los
dos proyectos de ley antipiratería en internet en Estados Unidos, la SOPA en la
Cámara de Representantes, y la PIPA en el Senado, quedaron hoy en suspenso tras
las presiones que los gigantes de Internet han ejercido en los últimos días y
la oposición de la ciudadanía.
Durante la mañana de este viernes
el líder de la mayoría demócrata en el Senado de EE.UU., Harry Reid, anunció
que retrasaría el voto de la ley antipiratería de la Cámara alta, conocido como
PIPA (PROTECT IP Act), tras las protestas de gigantes como Google y Wikipedia.
Reid informó de que retrasará la
votación, programada para el próximo martes, hasta que el Comité Judicial del
Senado avance más en un acuerdo sobre la polémica legislación.
"Hemos logrado buenos
progresos en los debates que hemos celebrado en los últimos días, y soy
optimista en cuanto a que podamos llegar a un acuerdo en las próximas
semanas", dijo Reid en un comunicado.
"No hay ninguna razón por la
que las cuestiones legítimas planteadas por muchos acerca de este proyecto de
ley no se puedan resolver. La falsificación y la piratería han costado a la
economía de Estados Unidos miles de millones de dólares y miles de puestos de
trabajo cada año. Sólo la industria del cine produce más de 2,2 millones de
empleos", añadió el líder demócrata.
El principal patrocinador del
otro proyecto legal, SOPA (Stop Online Piracy Act), el miembro republicano de
la Cámara de Representantes Lamar Smith, reaccionó a las declaraciones de Reid,
anunciando también el aplazamiento indefinido de la audiencia sobre el texto.
Smith dijo que renuncia a llevar
la ley a votación mientras no haya un acuerdo más amplio que permita combatir
la piratería, después de que el martes se limitara a posponerla a febrero tras
las primeras presiones.
El proyecto obligaría a los
motores de búsqueda, proveedores de dominios y empresas de publicidad
estadounidenses a bloquear los servicios de cualquier página web del mundo que
esté bajo investigación del Departamento de Justicia estadounidense por haber
publicado sin permiso material bajo derechos de autor.
Ello ha suscitado el temor de que
queden bloqueadas páginas legítimas en las que los usuarios comparten
contenidos propios.
El pasado día 18 la enciclopedia
libre virtual Wikipedia en su versión en inglés y otras páginas de Internet
cerraron sus servicios, mientras que otras, como Google, colocaron señales de
queja en protesta por la polémica ley.
Los fundadores de los grandes
sitios de Internet remitieron hace unos días una carta al Congreso argumentando
que la ley "va a crear un ambiente de miedo e incertidumbre tremendo para
la innovación tecnológica, y perjudica gravemente la credibilidad de Estados
Unidos en su papel como administrador de la infraestructura de claves de
Internet".
Pero las críticas no solamente
han venido de los internautas y las empresas dentro de Estados Unidos.
La vicepresidenta de la Comisión
Europea (CE) y responsable de la Agenda Digital, Neelie Kroes, mostró hoy su
desacuerdo con la actual versión del proyecto de ley estadounidense y aplaudió
las reacciones del Congreso ante las presiones.
"Estoy feliz por que haya un
cambio de tendencia sobre SOPA: no necesitamos una mala legislación cuando
deberíamos estar salvaguardando los beneficios de una red abierta",
declaró la comisaria a través de la red social Twitter.
En su opinión, según otro
comentario publicado hoy por la comisaria a través de esta popular red social,
"la regulación de internet debe ser efectiva y proporcionada".
Por su parte, los relatores
especiales para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH), Catalina Botero Marino, y de la ONU, Frank La Rue,
instaron también a EEUU a "proteger enérgicamente la libertad de expresión
en Internet" tras toda la polémica suscitada.
En medio de las tensiones sobre
la legislación, el jueves la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) anunció
el cierre de la popular página de descargas MegaUpload por un presunto delito
de piratería informática, y la detención de cuatro de sus ejecutivos, entre
ellos su fundador, Kim Dotcom, en Nueva Zelanda.
En respuesta al cierre de la web,
que servía a más de 180 millones de usuarios y había recibido más de mil
millones de visitas desde su creación en 2004, el grupo de piratas informáticos
Anonymous respondió con varios ataques a las páginas del Departamento de
Justicia, de la productora Universal Music, y del FBI, entre otras, y hoy llegó
a publicar datos personales del director de la Oficina Federal, Robert Muller.
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