Miércoles 12 de diciembre de 2007
BUENOS AIRES.— El presidente colombiano Álvaro Uribe dio la bienvenida a las exigencias para que las FARC liberen a sus cautivos. Contestó así a la pregunta de cuál es su opinión sobre la disposición del gobierno mexicano para colaborar en un posible canje humanitario, tal y como lo solicitó el presidente francés Nicolás Sarkozy a su par mexicano Felipe Calderón.
Uribe aseguró, en entrevista con EL UNIVERSAL, que “no importan las presiones” de los gobiernos francés y sudamericanos que debió soportar aquí en estos días, “porque yo tengo la obligación de explicar y explicar lo que sufren los colombianos y nuestro derecho a combatir a la guerrilla…”.
Las palabras más mentadas en los últimos meses, “el canje humanitario”, desaparecen del discurso de Álvaro Uribe, a lo largo de la charla. Acelerado, con el nervio vivo como en casi todos los días de estos cinco años al frente de la presidencia, el mandatario vuelve a cargar contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a las que compara “con Hitler o con las sociedades esclavistas”.
Al presidente colombiano le parece “compresible” la propuesta del gobierno mexicano para “colaborar” en el canje humanitario de los rehenes de la guerrilla.
“Primero todos tenemos dolor, nadie tiene sorpresa ante las imágenes de los secuestrados. Tenemos que ser muy cuidadosos para que nuestros espacios humanitarios no se constituyan en una acción que le permita a las FARC recrudecer el secuestro, en un gobierno donde, gracias a la seguridad democrática, hemos avanzado bastante en el debilitamiento del terrorismo. Es por eso que todas las exigencias internacionales a las FARC, grupo terrorista mafioso, para que libere a Ingrid Betancourt, incondicional y unilateralmente, siempre son bienvenidas por nosotros”, expresó Uribe.
Ante la insistencia de este diario sobre lo dicho aquí por la canciller mexicana, Patricia Espinosa, sobre que México se puso en contacto con el gobierno de Colombia para saber cuál es el apoyo que se requiere, Uribe responde tajante: “La exigencia a las FARC es muy importante, unilateral y sin exigencias; eso es muy importante en este momento”.
Irreductible como se mostró ante los presidentes de Brasil y Argentina, o ante el primer ministro francés Francois Fillon, Uribe comparó a las FARC “con esclavistas, ya que los niños que nacen de vientres secuestrados como el caso de Clara Rojas (compañera de Ingrid Betancourt), Emmanuel, nació y creció secuestrado y de ellos no tenemos prueba de supervivencia alguna… Las FARC no son capaces de liberar siquiera el vientre de los secuestrados”.
La nueva andanada de críticas que le lanzara en la víspera el presidente venezolano Hugo Chávez, quien dijo que no quiere “saber más nada de Uribe” y que amenazó con suspender las relaciones comerciales, no encontraron respuesta en el mandatario colombiano, pero sólo “por estar en un tercer país y por respeto a la opinión pública colombiana y a nuestras relaciones internacionales”.
Asimismo el presidente Uribe asegura que “no descarta la opción militar con la guerrilla en caso de que se rechace el ofrecimiento de “una zona de encuentro”.
Uribe argumenta que, a pedido de Sarkozy, “liberamos a 177 personas de las FARC, aceptamos liberar a Rodrigo Granda (el denominado canciller de esa fuerza) y la respuesta fue que las FARC asesinaron a 22 y las únicas pruebas de supervivencia, que yo llamo pruebas de tortura, recibidas fueron de 16 personas. ¿Dónde están las de los otros 32?”
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BUENOS AIRES.— El presidente colombiano Álvaro Uribe dio la bienvenida a las exigencias para que las FARC liberen a sus cautivos. Contestó así a la pregunta de cuál es su opinión sobre la disposición del gobierno mexicano para colaborar en un posible canje humanitario, tal y como lo solicitó el presidente francés Nicolás Sarkozy a su par mexicano Felipe Calderón.
Uribe aseguró, en entrevista con EL UNIVERSAL, que “no importan las presiones” de los gobiernos francés y sudamericanos que debió soportar aquí en estos días, “porque yo tengo la obligación de explicar y explicar lo que sufren los colombianos y nuestro derecho a combatir a la guerrilla…”.
Las palabras más mentadas en los últimos meses, “el canje humanitario”, desaparecen del discurso de Álvaro Uribe, a lo largo de la charla. Acelerado, con el nervio vivo como en casi todos los días de estos cinco años al frente de la presidencia, el mandatario vuelve a cargar contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a las que compara “con Hitler o con las sociedades esclavistas”.
Al presidente colombiano le parece “compresible” la propuesta del gobierno mexicano para “colaborar” en el canje humanitario de los rehenes de la guerrilla.
“Primero todos tenemos dolor, nadie tiene sorpresa ante las imágenes de los secuestrados. Tenemos que ser muy cuidadosos para que nuestros espacios humanitarios no se constituyan en una acción que le permita a las FARC recrudecer el secuestro, en un gobierno donde, gracias a la seguridad democrática, hemos avanzado bastante en el debilitamiento del terrorismo. Es por eso que todas las exigencias internacionales a las FARC, grupo terrorista mafioso, para que libere a Ingrid Betancourt, incondicional y unilateralmente, siempre son bienvenidas por nosotros”, expresó Uribe.
Ante la insistencia de este diario sobre lo dicho aquí por la canciller mexicana, Patricia Espinosa, sobre que México se puso en contacto con el gobierno de Colombia para saber cuál es el apoyo que se requiere, Uribe responde tajante: “La exigencia a las FARC es muy importante, unilateral y sin exigencias; eso es muy importante en este momento”.
Irreductible como se mostró ante los presidentes de Brasil y Argentina, o ante el primer ministro francés Francois Fillon, Uribe comparó a las FARC “con esclavistas, ya que los niños que nacen de vientres secuestrados como el caso de Clara Rojas (compañera de Ingrid Betancourt), Emmanuel, nació y creció secuestrado y de ellos no tenemos prueba de supervivencia alguna… Las FARC no son capaces de liberar siquiera el vientre de los secuestrados”.
La nueva andanada de críticas que le lanzara en la víspera el presidente venezolano Hugo Chávez, quien dijo que no quiere “saber más nada de Uribe” y que amenazó con suspender las relaciones comerciales, no encontraron respuesta en el mandatario colombiano, pero sólo “por estar en un tercer país y por respeto a la opinión pública colombiana y a nuestras relaciones internacionales”.
Asimismo el presidente Uribe asegura que “no descarta la opción militar con la guerrilla en caso de que se rechace el ofrecimiento de “una zona de encuentro”.
Uribe argumenta que, a pedido de Sarkozy, “liberamos a 177 personas de las FARC, aceptamos liberar a Rodrigo Granda (el denominado canciller de esa fuerza) y la respuesta fue que las FARC asesinaron a 22 y las únicas pruebas de supervivencia, que yo llamo pruebas de tortura, recibidas fueron de 16 personas. ¿Dónde están las de los otros 32?”
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