■ “Las viejas estructuras han sido destruidas por la revolución ciudadana”: Rafael Correa
■ De 63% a 70% de casi 10 millones de votantes aprueban el texto, señalan encuestadoras
■ La nueva Carta Magna establece la “ilegalidad” de la deuda externa, entre otros puntos
Afp, Reuters, Dpa y Notimex
Festejo del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ayer en Guayaquil, bastión de la derecha, por el triunfo del sí en el referendo constitucional
Foto: Ap
Quito, 28 de septiembre. Al menos dos terceras partes de los electores ecuatorianos aprobaron hoy la nueva Constitución de Ecuador que desplazará a la vigente desde 1998, en una jornada electoral que significó la cuarta victoria en las urnas para el presidente Rafael Correa en dos años y para su proyecto socialista, basado principalmente en la recuperación de los ingresos estatales por la explotación de los recursos energéticos, perdidos en lo que el mandatario llama la “larga noche neoliberal” de la última década.
“Hoy el Ecuador ha decidido por un nuevo país. Las viejas estructuras han sido destruidas por esta revolución ciudadana”, dijo el presidente Rafael Correa ante promotores del sí que en punto de las cinco de la tarde comenzaron a celebrar en Guayaquil, un bastión de la oposición de derecha, donde el alcalde Jaime Nebot encabezó la campaña por el no y amenazó con desconocer en su jurisdicción la validez de la nueva ley constitucional, si ésta era aprobada.
Los resultados oficiales de la consulta comenzarán a ser difundidos este domingo, pero el Tribunal Supremo Electoral no indicó en qué fecha estarán listos, y al cierre de esta edición no había ninguna cifra oficial.
Extraoficialmente, las encuestas a boca de urna de tres empresas demoscópicas dieron a conocer el triunfo del sí. Cedatos –asociada a la estadunidense Gallup, pionera en este tipo de investigaciones– halló que 70 por ciento apoyó la nueva Carta Magna, mientras Teleamazonas encontró respaldo de 66.4 por ciento y Participación Ciudadana registró 63 por ciento de aprobación.
Los resultados de los tres sondeos alcanzaron cifras superiores a las encuestas de los últimos días, que en general se ubicaron en alrededor de 57 por ciento. Todavía el sábado Cedatos-Gallup dio a conocer la información de su último sondeo prelectoral con un apoyo de 61.2 a la Constitución.
Los votos depositados en favor del no fueron de 25 por ciento, según Cedatos-Gallup y Teleamazonas, y de 29 por ciento, de acuerdo con Participación Ciudadana.
En Ecuador, donde el voto es obligatorio y se ejerce el derecho al voto en el extranjero (la mayoría en España), se registraron 9.7 millones de electores.
Más poder de decisión al Ejecutivo
La nueva Constitución de 444 artículos dará mayor poder de decisión al jefe del Ejecutivo en el control de la economía, en un país que hace ocho años sustituyó su moneda corriente por el dólar estadunidense, después que entidades públicas habían sido privatizadas y mientras se suscitaban conflictos sociales y políticos que entre 1998 y 2006 propiciaron la caída de tres presidentes.
Correa ganó las elecciones presidenciales el 15 de octubre de 2006 a Álvaro Noboa, el principal exportador de plátanos, uno de los hombres más ricos de este país de 14 millones de habitantes que vive en Guayaquil.
Transcurridos seis meses y a pesar de la intensa campaña opositora y una enconada acción de los medios de información contra Correa y su proyecto, 81.7 por ciento de los ciudadanos aprobó el 15 de abril de 2007 la convocatoria a una Asamblea Constituyente, que el 30 de septiembre de ese año se conforma con 80 legisladores del partido gobernante, Alianza País, contra 50 de la oposición y partidos menores afines a Correa.
Durante ocho meses, entre el 29 de noviembre de 2007 y el 24 de julio pasado, los constituyente redactaron un proyecto constitucional que pasó el control de la política monetaria del banco central al presidente, autorizó la expropiación de bienes por causa de utilidad pública, limita y regula monopolios, prohíbe latifundios, proscribe el uso de semillas genéticamente modificados y propicia el “comercio justo” para beneficio de comunidades pobres.
Con la nueva Constitución se establecen los conceptos de “ilegitimidad” e “ilegalidad” de la deuda externa, con lo cual el gobierno socialista buscará desconocer contratos que dañaron a la administración nacional, en detrimento de los programas sociales.
Explícitamente queda prohibido a los consorcios financieros del país poseer medios de información, una medida que va directamente en contra de empresas como Teleamazonas, que han respaldado la oposición a Correa, quien este domingo dijo a la televisora CNN en Español que “por fin vamos a acabar con esa unión perversa”, que propicia la existencia de una “prensa prisionera” y es “injusto con la democracia”.
La Iglesia católica se sumó en los dos meses de campaña a las fuerzas de derecha con el argumento de que la nueva Constitución es “abortista”, puesto que estipula el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Otros puntos cuestionados por la jerarquía eclesial y grupos afines son los relativos a la aprobación de la unión civil entre parejas del mismo sexo y a la reducción de penas al consumo individual de drogas.
“Nos acusaron de querer una Constitución abortista, hiperpresidencialista. Vamos a ver si todo esto es cierto y si no lo es, no olviden quién trató de engañarnos”, dijo Correa en su discurso ante promotores del sí en Guayaquil, de quienes se despidió con un sonoro: “¡Hasta la victoria siempre!” y a quienes les pidió que su sucesor profundice “esta revolución ciudadana de forma más eficiente, más rápida y más precisa”.
Pero no muy lejos de donde celebraba Correa, Nebot destacó que el nuevo ordenamiento constitucional establece el derecho a la resistencia, con lo que anticipó posibles conflictos políticos con una región que reclama autonomía y que en 2000 rechazó un movimiento popular encabezado por líderes indígenas contra el gobierno conservador.
No siempre la mayoría “toma la decisión correcta”, dijo, y advirtió que en Guayaquil no ganó el sí (a pesar de que 47.3 por ciento de los sufragios fueron marcados de esa manera), ya que según sus cálculos, 42.8 por ciento del no, más 7.3 de las boletas nulas y 2.5 de los votos nulos, acumulan 52.6 por ciento.
Tras la aprobación de la nueva Carta Magna, la Constituyente tendrá que suspender el receso en el que entró el 24 de julio y deberá convocar a elecciones generales para el año próximo.
Con la nueva ley constitucional, Correa puede lanzarse por la presidencia para un periodo de cuatro años, bajo los términos de la nueva acta fundamental, y dispone además del derecho a ser relegido una sola vez, lo que le permitiría gobernar de 2009 a 2013 y de éste año a 2017. Volver a Inicio >
Festejo del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ayer en Guayaquil, bastión de la derecha, por el triunfo del sí en el referendo constitucional
Foto: Ap
Quito, 28 de septiembre. Al menos dos terceras partes de los electores ecuatorianos aprobaron hoy la nueva Constitución de Ecuador que desplazará a la vigente desde 1998, en una jornada electoral que significó la cuarta victoria en las urnas para el presidente Rafael Correa en dos años y para su proyecto socialista, basado principalmente en la recuperación de los ingresos estatales por la explotación de los recursos energéticos, perdidos en lo que el mandatario llama la “larga noche neoliberal” de la última década.
“Hoy el Ecuador ha decidido por un nuevo país. Las viejas estructuras han sido destruidas por esta revolución ciudadana”, dijo el presidente Rafael Correa ante promotores del sí que en punto de las cinco de la tarde comenzaron a celebrar en Guayaquil, un bastión de la oposición de derecha, donde el alcalde Jaime Nebot encabezó la campaña por el no y amenazó con desconocer en su jurisdicción la validez de la nueva ley constitucional, si ésta era aprobada.
Los resultados oficiales de la consulta comenzarán a ser difundidos este domingo, pero el Tribunal Supremo Electoral no indicó en qué fecha estarán listos, y al cierre de esta edición no había ninguna cifra oficial.
Extraoficialmente, las encuestas a boca de urna de tres empresas demoscópicas dieron a conocer el triunfo del sí. Cedatos –asociada a la estadunidense Gallup, pionera en este tipo de investigaciones– halló que 70 por ciento apoyó la nueva Carta Magna, mientras Teleamazonas encontró respaldo de 66.4 por ciento y Participación Ciudadana registró 63 por ciento de aprobación.
Los resultados de los tres sondeos alcanzaron cifras superiores a las encuestas de los últimos días, que en general se ubicaron en alrededor de 57 por ciento. Todavía el sábado Cedatos-Gallup dio a conocer la información de su último sondeo prelectoral con un apoyo de 61.2 a la Constitución.
Los votos depositados en favor del no fueron de 25 por ciento, según Cedatos-Gallup y Teleamazonas, y de 29 por ciento, de acuerdo con Participación Ciudadana.
En Ecuador, donde el voto es obligatorio y se ejerce el derecho al voto en el extranjero (la mayoría en España), se registraron 9.7 millones de electores.
Más poder de decisión al Ejecutivo
La nueva Constitución de 444 artículos dará mayor poder de decisión al jefe del Ejecutivo en el control de la economía, en un país que hace ocho años sustituyó su moneda corriente por el dólar estadunidense, después que entidades públicas habían sido privatizadas y mientras se suscitaban conflictos sociales y políticos que entre 1998 y 2006 propiciaron la caída de tres presidentes.
Correa ganó las elecciones presidenciales el 15 de octubre de 2006 a Álvaro Noboa, el principal exportador de plátanos, uno de los hombres más ricos de este país de 14 millones de habitantes que vive en Guayaquil.
Transcurridos seis meses y a pesar de la intensa campaña opositora y una enconada acción de los medios de información contra Correa y su proyecto, 81.7 por ciento de los ciudadanos aprobó el 15 de abril de 2007 la convocatoria a una Asamblea Constituyente, que el 30 de septiembre de ese año se conforma con 80 legisladores del partido gobernante, Alianza País, contra 50 de la oposición y partidos menores afines a Correa.
Durante ocho meses, entre el 29 de noviembre de 2007 y el 24 de julio pasado, los constituyente redactaron un proyecto constitucional que pasó el control de la política monetaria del banco central al presidente, autorizó la expropiación de bienes por causa de utilidad pública, limita y regula monopolios, prohíbe latifundios, proscribe el uso de semillas genéticamente modificados y propicia el “comercio justo” para beneficio de comunidades pobres.
Con la nueva Constitución se establecen los conceptos de “ilegitimidad” e “ilegalidad” de la deuda externa, con lo cual el gobierno socialista buscará desconocer contratos que dañaron a la administración nacional, en detrimento de los programas sociales.
Explícitamente queda prohibido a los consorcios financieros del país poseer medios de información, una medida que va directamente en contra de empresas como Teleamazonas, que han respaldado la oposición a Correa, quien este domingo dijo a la televisora CNN en Español que “por fin vamos a acabar con esa unión perversa”, que propicia la existencia de una “prensa prisionera” y es “injusto con la democracia”.
La Iglesia católica se sumó en los dos meses de campaña a las fuerzas de derecha con el argumento de que la nueva Constitución es “abortista”, puesto que estipula el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Otros puntos cuestionados por la jerarquía eclesial y grupos afines son los relativos a la aprobación de la unión civil entre parejas del mismo sexo y a la reducción de penas al consumo individual de drogas.
“Nos acusaron de querer una Constitución abortista, hiperpresidencialista. Vamos a ver si todo esto es cierto y si no lo es, no olviden quién trató de engañarnos”, dijo Correa en su discurso ante promotores del sí en Guayaquil, de quienes se despidió con un sonoro: “¡Hasta la victoria siempre!” y a quienes les pidió que su sucesor profundice “esta revolución ciudadana de forma más eficiente, más rápida y más precisa”.
Pero no muy lejos de donde celebraba Correa, Nebot destacó que el nuevo ordenamiento constitucional establece el derecho a la resistencia, con lo que anticipó posibles conflictos políticos con una región que reclama autonomía y que en 2000 rechazó un movimiento popular encabezado por líderes indígenas contra el gobierno conservador.
No siempre la mayoría “toma la decisión correcta”, dijo, y advirtió que en Guayaquil no ganó el sí (a pesar de que 47.3 por ciento de los sufragios fueron marcados de esa manera), ya que según sus cálculos, 42.8 por ciento del no, más 7.3 de las boletas nulas y 2.5 de los votos nulos, acumulan 52.6 por ciento.
Tras la aprobación de la nueva Carta Magna, la Constituyente tendrá que suspender el receso en el que entró el 24 de julio y deberá convocar a elecciones generales para el año próximo.
Con la nueva ley constitucional, Correa puede lanzarse por la presidencia para un periodo de cuatro años, bajo los términos de la nueva acta fundamental, y dispone además del derecho a ser relegido una sola vez, lo que le permitiría gobernar de 2009 a 2013 y de éste año a 2017. Volver a Inicio >