El Papa Jorge Bergoglio, Francisco I. Foto: AFP_Clarin |
(Resumen de agencias) La Iglesia latinoamericana a través de los jerarcas se sintió hoy honrada al recibir la elección de un Papa del cono sur latinoamericano, el cardenal, Jorge Mario Bergoglio, Francisco I.
Para los analistas de la Iglesia latinoamericana
es un avance el haber salido de la influencia europea esta elección del máximo
jerarca de los católicos.
Sobre la elección del Sumo pontífice, dice El
Clarín de Argentina en su versión digital: Lo acaba de anunciar el cardenal
francés. Obtuvo al menos 77 votos. Una hora antes, de la chimenea había salido el humo blanco que anunciaba el
acuerdo en la Capilla Sixtina. Es el primer Papa latinoamericano y también el
primero jesuíta.
El nuevo Papa es argentino. El cardenal Jorge
Mario Bergoglio fue elegido por los 115 cardenales en la Capilla Sixtina y se
hará llamar Francesco o Francisco. La
tercera fumata desde que comenzó el Cónclave ayer fue blanca. Unas 24 horas
tardaron los cardenales en ponerse de acuerdo y elegir a un nuevo Papa. A las
19.06 locales (15.06 de Argentina) las campanas de la Basílica de San Pedro y
un denso humo blanco anunciaron al mundo, y en especial a los católicos, que
tienen nuevo líder. Una hora más tarde revelaron el nombre y su nacionalidad:
el argentino Bergoglio.
Los cardenales electores tardaron casi lo mismo
que en 2005 cuando eligieron a Joseph Ratzinger en abril de ese año al frente
del Vaticano. Precisamente, la renuncia de Benedicto XVI fue la que abrió las
puertas para este nuevo cónclave del siglo XXI, algo que no había ocurrido en
600 años.
En un rito que viene repitiéndose desde tiempos
inmemoriales, la chimenea de la Capilla Sixtina anunció que los cardenales
eligieron por amplia mayoría al nuevo pontífice. Bergoglio guiará a los 1.200
millones de fieles que profesan la religión católica en unos tiempos
especialmente difíciles.
El nombre y la nacionalidad del cardenal electo y
el nombre que elija como Papa se conocieron tras el famoso “Habemus Papam''
(tenemos Papa) desde el balcón de la basílica de San Pedro a las 16:12 de
Argentina.
"Anuntio vobis gaudium, habemus Papam"
(Os anuncio una gran alegría, tenemos Papa), dijo el cardenal protodiácono, el
francés Jean Louis Tauran, el encargado de revelar la identidad del flamante
pontífice.
A las 16:23, Bergoglio salió al balcón para
impartir su primera bendición "urbi et orbi" (a la ciudad y al mundo)
vestido por primera vez con la sotana blanca papal.
Bergoglio rezó el Padre Nuestro y pidió que la
Virgen María acompañe al papa renunciante Benedicto XVI. También rezó el Ave
María.
Poco antes, Bergoglio, que tuvo que aceptar el
cargo para que saliera el humo blanco, fue llevado a la Sala de las Lágrimas,
donde fue vestido con uno de los tres trajes -de diferentes talles- que
esperaban al nuevo pontífice.
El humo blanco de la chimenea regó el lluvioso
cielo de Roma en la tarde del segundo día de cónclave y tras sólo dos fumatas
negras.
Miles de fieles congregados en la Plaza de San
Pedro celebraron con júbilo la fumata, mientras las campanas de la basílica
empezaban a repicar para festejar la noticia, tal y como manda la tradición.
"Viva el Papa, viva el Papa", fue el grito que estalló en los
alrededores del Vaticano. Cuando se supo la identidad del Papa gritaron:
“Francesco, Francesco". No sólo es el primer papa argentino y latinoamericano
sino también el primer jesuita.
Esta vez fueron necesarias cinco votaciones para
que la Iglesia tuviera nuevo líder. En 2005, cuando eligieron a Ratiznger, el
cardenal alemán resultó ganador en la cuarta. En la primera había sacado 47
votos; en la segunda 65; en la tercera 72. Fue elegido como Benedicto XVI en la
cuarta, con 84 votos. El total de cardenales electores, menores de 80 años, era
de 115, como ahora. Las cuatro votaciones duraron en horas menos de un día en
aquella ocasión. En aquel entonces, Bergoglio había sido el segundo candidato
más votado. Tuvo que esperar 8 años más para llegar a lo más alto de la Iglesia
católica.
Bergoglio deberá ejercer sus funciones con su
predecesor en vida -Benedicto XVI quien renunció a su cargo el 28 de febrero-.
Este pontificado marca el inicio de una nueva Era para la Iglesia católica,
sacudida en los últimos años por escándalos y controversias.
Con esta elección concluyen cuatro semanas
inéditas en la historia moderna de la Iglesia después de la renuncia inesperada
de Benedicto XVI, alegando "falta de fuerzas", un hecho sin
precedentes en los últimos siete siglos.
Bergoglio también tendrá que responder a los
escándalos que estallaron durante el último pontificado, como el de los abusos
sexuales a menores o el caso "VatiLeaks" de filtración de documentos
confidenciales del pontífice que terminó por revelar una trama de abuso de
poder en la Curia, el gobierno central del Vaticano.
A estos problemas, se suma una pérdida de
influencia de la Iglesia debido a la disminución de fieles y a las críticas de
una parte de los católicos por hacer oídos sordos a la evolución del mundo
moderno en temas como el papel de la mujer en la Iglesia y la sexualidad.
Los 115 cardenales, de 51 países de los cinco
continentes, entraron en cónclave ayer. Según la constitución apostólica,
debían permanecer recluidos hasta que un candidato obtuviera dos tercios de los
votos, en este caso 77.
Bergoglio podría considerarse una sorpresa ya que
su nombre no figuraba entre los favoritos de este cónclave. Los nombres más
citados por los expertos, eran los de italiano, el arzobispo de Milán, Angelo
Scola, de 71 años, y tres prelados del continente americano: el brasileño Odilo
Scherer, de 63 años, arzobispo de San Pablo y considerado el candidato de la
curia; del canadiense Marc Ouellet, prefecto de la congregación para los
Obispos y discípulo de Benedicto XVI; y del mediático estadounidense Timothy
Dolan, de 63 años y arzobispo de Nueva York.
A diferencia de la elección pasada, donde era
considerado candidato, esta vez Bergoglio sólo estaba siendo visto por los
vaticanistas como un “kingmaker” (alguien que sin ser candidato tiene gran
influencia en la orientación de los votos). Su edad actual (76 años) y ciertos
achaques de salud parecían restarle posibilidades. Pero en medio de la
incertidumbre sobre el posible sucesor de Benedicto XVI y tras su intervención
en el plenario de cardenales, que recogió entusiastas aplausos, pareció
resurgir su candidatura. La mayoría de los cardenales decidió que tiene las
condiciones para renovar la cuestionada curia y producir un soplo de aire
fresco en la Iglesia católica que enfrenta una crisis con múltiples aristas.
Bergoglio deberá adoptar reformas, simplificar sus
estructuras, introducir nuevas maneras de tomar decisiones en forma colegial y
sobre todo hacer limpieza en sus finanzas por las críticas a la falta de
transparencia en la gestión de su banco, el Instituto de Obras de Religión
(IOR).
Encontrar soluciones al descreimiento creciente y
a la fuga de fieles hacia otras religiones, como las evangélicas en
Latinoamérica, así como a la disminución de las vocaciones, serán otros retos
del nuevo Papa, cuyo primer viaje importante debería ser a Brasil para asistir
en julio a la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro, tan cerquita de
Buenos Aires.
Fuente: AP, AFP, EFE y ANSA