12 Nov 2007 15:55
Por Teresa Larraz
MADRID, nov 12 (Reuters) - El Gobierno español intenta "calmar" las relaciones con Venezuela tras un incidente el fin de semana en el marco de la Cumbre Iberoamericana entre el rey Juan Carlos y el presidente Hugo Chávez, dijo el lunes la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez.
Durante la última sesión de la XVII Cumbre Iberoamericana celebrada en Santiago de Chile, el Rey de España mandó callar a Chávez ante sus interrupciones al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien pedía "respeto" hacia el ex presidente José María Aznar luego de que el mandatario venezolano le propinó fuertes acusaciones. "Un gobierno responsable, ante un incidente de estas características, debe en primer lugar agotar las vías para aplacar el incidente, evitar los riesgos y efectos negativos que pueda tener, tanto en el plano bilateral como en el multilateral", manifestó Jiménez a la Cadena SER.
"Dentro del respeto que nosotros hemos exigido por supuesto a la más alta representación del Estado, que es el Rey de España, y a cualquier dirigente político, como el ex presidente Aznar (...) creemos que es importante tratar de calmar la situación, reconducir la relación y evitar la escalada de descalificaciones y ataques", agregó.
El presidente venezolano llamó públicamente en varias ocasiones a Aznar "fascista" y lo acusó de estar al tanto del "golpe de Estado" que lo alejó brevemente del poder en abril del 2002, un señalamiento que ha hecho en anteriores discursos.
Zapatero intervino y pidió respeto hacia Aznar, pero el mandatario venezolano replicaba y lo interrumpía, lo que irritó al monarca, quien espetó un "¿por qué no te callas?" a Chávez y luego se levantó del pleno mientras el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, volvía a atacar a Aznar.
La reacción del rey Juan Carlos, no vista antes, fue respondida ayer por el presidente venezolano exigiendo que aclare si también él conocía el intento de "golpe de Estado".
LLAMADO A CONSULTAS
Chávez acusa a Estados Unidos y al Gobierno de Aznar de haber apoyado su breve derrocamiento en abril del 2002, cuando sus respectivos embajadores asistieron a la "toma de posesión" de una junta cívico-militar que lo alejó por horas del poder.
El secretario general del Partido Popular, Angel Acebes, pidió el lunes que el Gobierno que convoque al embajador venezolano en España "para formular una enérgica protesta por los insultos y acusaciones a entre otros españoles Su Majestad el Rey".
"Que el Gobierno llame a consultas al embajador de España en Venezuela", enfatizó.
La secretaria de Estado Jiménez afirmó que "es el momento en el que la diplomacia merece un margen de tiempo para que pueda reconducir la situación".
"Son muchos los vínculos con América Latina (...), hay muchos intereses mezclados de un lado y otro, todos debemos hacer un ejercicio de contención, de responsabilidad (...) para evitar que el riesgo y el daño empeoren aún más la situación", concluyó.
Chávez, quien afirma liderar una revolución socialista en su país, ha copado titulares internacionales por sus choques verbales con otros mandatarios, llegando a llamar "diablo" al presidente estadounidense, George W. Bush, en su discurso ante la Asamblea General de la ONU en el 2006.
El propio presidente venezolano, pese al roce, dijo que espera que el incidente no afecte los lazos entre los dos países y pidió a los españoles que olviden la "época de la colonia".
(Reporte de Teresa Larraz)
REUTERS ESP SR/
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